jueves, 28 de febrero de 2013


AMIA: 

El Memorándum a la Corte y con riesgo de conflicto de poderes

lorenzetti-26-2-13
Ricardo Lorenzetti dijo lo suyo en el acto de conmemoración de los 150 años de la Corte Suprema. 

Algunas frases, como por ejemplo, “las decisiones de la mayoría pueden ser declaradas inconstitucionales”, fueron mensajes precisos. 

 Pero no fue menos obvio que el presidente de la Corte eludió esmeradamente la confrontación directa y hasta hizo algunas concesiones políticas al declararse a favor de que los magistrados paguen el impuesto a las ganancias. 

Entre la Corte y la Casa Rosada parece prevalecer cierta prudencia, porque también es obvio que en las últimas semanas el gobierno amainó la intensidad de sus ataques a la justicia. 

En consonancia con esto, una experimentada operadora cristinista, como es Hebe de Bonafini, interrumpió su anunciado ciclo de escraches públicos sobre aspectos de la trayectoria de los ministros de la Corte. 

La mayor presión sobre éstos proviene hoy de las propias filas judiciales, o sea, del lobby encabezado por la Procuradora Alejandra Gils Carbó, que afirmó que “el sistema judicial es corporativo, autoritario, burócrata y oscurantista” en el encuentro de Justicia Legítima, una especie de La Cámpora judicial. 

Las amenazas de inminentes proyectos “democratizadores” de la justicia pende sobre la Corte. Pero se trata de iniciativas todavía difusas y bastante imprecisas. Mucho más que otro tema que podría interponerse rápidamente en las relaciones entre el máximo tribunal y la Casa Rosada.

Ayer, el plenario de las comisiones de Relaciones Exteriores, Asuntos Constitucionales y Justicia de la Cámara de Diputados emitió un dictamen de mayoría sobre el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo respecto del Memorándum de entendimiento entre Argentina e Irán, para avanzar en la investigación del atentado a la AMIA. 

El bloque de diputados del Frente para la Victoria, junto a sus aliados, reunió 59 firmas, mientras que los restantes diputados se repartieron entre un dictamen que encabeza Jorge Yoma y otro de Elisa Carrió. 

Ante este panorama, el oficialismo buscará hoy el quórum necesario para convertir en ley el Memorándum, pese al rechazo unánime de los bloques de oposición y de las entidades de la comunidad judía, que confirmaron que “no acompañarán” la iniciativa del Ejecutivo.

Una crisis que se adelanta

Ahora, ni bien el Congreso sancione el proyecto, que tiene jerarquía legal de tratado, el mismo será promulgado por el Poder Ejecutivo, sumamente urgido en cumplir este controvertido acuerdo político. 

Así las cosas, los representantes de la AMIA y demás entidades judías y también los legisladores de la oposición, quedarían habilitados para impugnar judicialmente el oscuro Memorándum de Entendimiento con Irán. 

Pero el caso presenta una particularidad. 

El artículo 116 de la Constitución Nacional dispone: “Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del artículo 75:

 y por los tratados con las naciones extranjeras: de las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros: 

de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima: de los asuntos en que la Nación sea parte: de las causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero”. 

Es decir que la Corte tiene competencia originaria en todas “las causas que versen sobre tratados” y el Memorándum entrará en esta última categoría. 

Los temas de competencia originaria impiden que cualquier otro tribunal pueda intervenir en los mismos. 

Como es obvio, si se planteara la inconstitucionalidad del Memorándum, que adolece de incontables defectos jurídicos, la sentencia que dictara la Corte sería inapelable. Sólo quedaría interponer, ante el mismo tribunal, el recurso de reposición o revocatoria.

Resulta difícil pensar, por otra parte, que la Corte le niegue la legitimación activa para recurrir ante ella a las víctimas del atentado contra la AMIA, que pueden verse seriamente afectadas por la aplicación del engendro jurídico del Memorándum, que parece ser el punto de partida hacia la desincriminación de los funcionarios y ex funcionarios iraníes imputados por el acto terrorista.

En la causa Clarín, donde se debate la constitucionalidad de los artículos 45 y 161 de la ley de medios audiovisuales, tarde o temprano la Corte tendrá que dar la última palabra, y tal vez esto implique el comienzo de un conflicto político institucional de proporciones. 

Esta situación se adelantaría ahora. 

Si por ejemplo la Corte resolviera que el Memorándum es inconstitucional, el acuerdo con Irán se desplomaría como un castillo de naipes y el gobierno quedaría sumamente debilitado. 

Un costo que, en las actuales circunstancias y en un año electoral, la presidente sencillamente no puede pagar.

En el caso de la AMIA, lo dispuesto por el artículo 116 de la Constitución acelera los tiempos. No hay intervención posible de los tribunales inferiores ni instancia intermedia alguna. 

Todo indica que la enorme presión acumulada en torno al extraño acuerdo con Irán se trasladaría rápidamente al cuarto piso del Palacio de Justicia. 

Pero además hay un agravante: 

en la Corte continúa tramitándose, once años después, la irresuelta investigación sobre el atentado que destruyó la embajada de Israel en Buenos Aires el 17 de marzo de 1992, con un saldo de 29 muertos y 242 heridos.

martes, 26 de febrero de 2013


Para la jefa de los fiscales, es más preocupante "el poder hegemónico" que ejercen sobre los jueces "las corporaciones financieras" y las "mediáticas" que las presiones del Poder Ejecutivo, que encuentra sobredimensionadas.

En su despacho, asistida por dos asesores, Gils Carbó recibió ayer a LA NACION, a un día del gran acto de apertura del año judicial que prepara la Corte y a dos del inicio del encuentro por una "Justicia legítima", que ella promueve y que reúne a jueces, fiscales y defensores que denuncian a "la corporación judicial". Este movimiento nació como reacción a una declaración de la Comisión de Independencia Judicial, redactada en el seno de la Corte, que denunció presiones del Gobierno en el caso por la ley de medios.

Gils Carbó dice que sería "saludable" una renovación de la Justicia y "podría ser interesante" que, como pretenden algunos kirchneristas, los jueces rindieran exámenes para permanecer en sus cargos.

La procuradora evita, en cambio, hacer críticas directas a la Corte y se excusa de hablar del memorándum con Irán y de la tormentosa salida de su antecesor, Esteban Righi, que renunció cuando el vicepresidente Amado Boudou lo atacó en medio de la pelea por el caso Ciccone.

-¿Qué responsabilidad tiene la Corte en esta "justicia corporativa" que usted denuncia?

- [Silencio] 

La dinámica corporativa está enquistada en muchos estamentos del Poder Judicial; yo como fiscal general de cámara fui víctima de esas puniciones corporativas mientras denunciaba que había jueces que me impedían intervenir en procesos concursales donde se debatía el derecho de propiedad de ahorristas que perdieron sus ahorros. 

La respuesta fueron dos acordadas corporativas de la Cámara Comercial. 

Y esas acordadas fueron publicadas una semana en el Centro de Información Judicial [la web de noticias de la Corte]. 

No sé quién las publicó.
-Creó organismos especializados para investigar distintos delitos, pero no nombró a un fiscal para casos de corrupción, ¿Este tema no es prioridad hoy?

-Trabajamos dentro del Proselac [Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos] en el control de delitos contra la administración pública. 

Que sea una fiscalía de delitos económicos no quiere decir que sólo esté dirigida a los privados. Además, hay una fiscalía especializada que es la Fiscalía de Investigaciones Administrativas [vacante]. 

En los próximos días enviaré la terna al Poder Ejecutivo para que se elija al nuevo titular. La idea es reactivarla.

-¿Qué responsabilidad tienen los fiscales por las demoras en los casos de corrupción? 

¿Tiene planes para acelerar la causas?

-Son una asignatura pendiente tanto los casos de corrupción pública como privada. Hay muchos factores que motivan que las causas se demoren. 

Tenemos un sistema procesal arcaico, un sistema mixto inquisitivo donde el juez es el que decide si el fiscal investiga o no. 

Puede haber responsabilidades personales para analizar caso por caso, pero cuando los imputados pueden pagar buenos abogados es difícil avanzar en los procesos. 

Hay que hacer un cambio cultural, que el fiscal, el defensor y el juez pongan el acento en que son servidores de la comunidad.

-¿Qué tolerancia tiene el Poder Ejecutivo a que el Judicial lo controle?

-[Piensa] Tolerancia no debería ser la palabra. 

En mi experiencia, yo no he tenido problema. 

Yo he denunciado a la ministra de Economía Felisa Miceli y, si llegué a este cargo, deben tener bastante tolerancia.

-La Presidenta, vía Twitter, criticó a jueces que habían fallado a favor de La Rural y dijo que ponían en riesgo la democracia, 

¿Eso no es poco tolerante?

-No es tan sencillo. No es Poder Ejecutivo versus Poder Judicial. 

Hay muchos actores que tienen una hegemonía en Tribunales. 

Yo vengo del fuero comercial donde nunca me llamaron del Poder Ejecutivo, y sí he sufrido toda clase de presiones de poderes económicos, y he visto a los magistrados subordinarse de una manera realmente abyecta al poder económico. 

En ese fuero están tremendamente entrenados desde hace décadas en servir a los poderes concentrados. 

Insistimos en hablar nada más que de las presiones del Poder Ejecutivo; hablemos también de las otras, porque si no, parece que no existen. 

No es un tema menor la independencia de los poderes económicos en un país donde hay tanta concentración de la economía, con historia de desigualdad y de colonialismo, que no terminó en la época de la colonia. 

Es importante que los jueces sean independientes de los poderes públicos y fácticos. Las dos cosas.

- Pero es el Gobierno el que elige y asciende a los jueces, y tiene peso determinante en el Consejo de la Magistratura...

-Yo no les tengo miedo a las presiones del Poder Ejecutivo. 

El Estado tiene un rol, que es ser mediador entre diferentes intereses para articularlos y en función de esos intereses dirigir todo hacia el interés general. 

Si tengo que denunciar penalmente a un funcionario, lo voy a hacer. 

Es un sesgo que no es casual, hablar siempre de la corrupción pública ignorando la privada.

-Ustedes son la justicia legítima, ¿quiénes son los ilegítimos?

-Lo ilegítimo es un sistema donde predominan los sistemas corporativos antes que un servicio a la comunidad. 

El sistema actual es corporativo, oscurantista, de lobbies aceitados con agentes externos, de reacciones corporativas que quieren disciplinar a los magistrados que denuncian a jueces corruptos, como es mi caso.

-Algunos oficialistas proponen que los jueces rindan exámenes periódicos, 

 ¿qué opina?

-Podría ser interesante. 

Hay que debatirlo. 

Yo antes hubiera estado en contra, pero una cosa es lo que uno piensa en teórico, y otra lo que va viendo. 

A medida que suben en los cargos es mayor el compromiso con los sectores de poder. 

Una renovación de la Justicia sería saludable para democratizar el sistema.

-Se cuestionó que su hija trabaje en una ONG con la que usted también está relacionada, que tiene un auspicio.

-[Interrumpe] No, ¿yo relacionada con una ONG?

-Así figura en la página web.

-Cuando era fiscal habré ido a algún viaje, que me pagué yo. 

Es una asociación de defensa del consumidor.

-¿Ve incompatible que su hija trabaje en la UIF, tenga una web y publique un newsletter auspiciado por el Ministerio de Justicia?

-No veo ninguna. Mis hijos tienen sus carreras, no tienen ninguna relación con mi trabajo. 

Además, es una fundación sin fines de lucro. 

Y lo del Ministerio de Justicia es para tener un ingreso mínimo, no es nada relevante.

-Hagamos un ping pong. Yo le digo un nombre y usted dice su opinión. 

 Empecemos por Ricardo Lorenzetti.

-[Se ríe]. 

No puedo hacer eso. 

Soy la procuradora general. 

Tengo que hablar de manera institucional. 

No puedo dar ese tipo de respuesta.

-¿Qué opina de la salida de Righi, su antecesor?

-Ya terminamos, ¿no?

lunes, 25 de febrero de 2013


JUSTICIA TUERTA - LOS ASESINOS EN LIBERTAD



A Nuestros Camaradas de las FFAA y de Seguridad, al Pueblo Argentino Todo Que Les Toco Vivir La Guerra de los Años 70. A Ellos OLVIDADOS HOY, y PRESOS. 

Mario Omar.

JUSTICIA TUERTA - LOS ASESINOS EN LIBERTAD
Por supuesto que no van a dar lugar… de hacerlo se comenzarían a activar causas contra Montoneros que están actualmente en el Gobierno. 
Corte Suprema confirmó prescripción de un atentado de Montoneros
Era por una bomba que mató a 23 personas en el 76.

Habían sido acusados Mario Firmenich y Horacio Verbitsky, y hasta Rodolfo Walsh.
Fue la última instancia a la que podían llegar familiares de las víctimas.

Sobre Firmenich y Verbitsky ya no pesa la acusación por el atentado que mató a 23 personas.

La Corte Suprema de Justicia ratificó que prescribió la causa en la que se investigaba el atentado en el que estaban acusados el periodista Horacio Verbitsky y el fundador de Montoneros Mario Firmenich por un atentado ocurrido en 1976 en el que murieron 23 personas.

La medida no sólo beneficia a Firmenich y a Verbitsky, sino también a Laura Silvia Sofovich, Marcelo Kurlat, Miguel Ángel Lauletta, Norberto Habegger y Lila Victoria Pastoriza, acusados por el ataque contra el edificio de Coordinación Federal de la Policía en julio de 1976, y asistidos en esta instancia por la defensora oficial Eleonora Devoto, 

El máximo tribunal, con las firmas de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni, declaró "inadmisible" y, por lo tanto, "improcedente", un último recurso intentado por las familias de las víctimas de aquel hecho. 

Se trata de un "recurso extraordinario" presentado por Antonio, María Alejandra, Gabriel y María Carolina Cepeda, viudo e hijos de Josefina Melucci de Cepeda, uno de los 23 muertos que causó aquellos episodios.

Por aquel atentado también fueron acusados el periodista y escritor Rodolfo Walsh, desaparecido por la Dictadura, y José María Salgado, un ex agente de la policía sospechado de haber sido quien colocó el explosivo, y asesinado por el régimen un año más tarde.

La bomba que estalló en el edificio policial situado en Moreno 1417, del barrio porteño de Balvanera, estalló a las 13.20 en el comedor del edificio, donde había alrededor de 100 personas almorzando.

La causa fue declarada "prescripta" en primera instancia por la jueza federal María Servini de Cubría; la medida fue confirmada por la Sala Primera de la Cámara Federal y el
22 de marzo de 2011 ratificada por la Sala Primera de la Cámara Nacional de Casación Penal, con las firmas de los jueces Raúl Madueño, Juan Fégoli y Mariano González Palazzo.

Todas las instancias rechazaron declarar "imprescriptible", pese a que los querellantes argumentaban que "un crimen de lesa humanidad es un ataque sistemático y organizado contra una población civil" y que en el Estatuto de Roma, que consagró internacionalmente el concepto, "no hay nada que exija que sólo el Estado puede cometer tales crímenes".

El abogado José María Sacheri, en representación de los deudos de Melucci de Cepeda, llegó hasta la Corte Suprema, que en su último acuerdo rechazó el planteo y cerró el caso con fuerza de "cosa juzgada".


jueves, 21 de febrero de 2013


LOS DERECHOS HUMANOS: LA BURDA MENTIRA


Estos tiempos que discurren, son los de las contradicciones argentinas. 

Ya no se habla 
• de la pobreza,
• de la educación,
• del hambre,
• del respeto,
• de cómo resolver estas y otras serias cuestiones del país y de la gente.
 

Hoy, se habla, mucho más de lo debido, con la ligereza misma de aquello que no se conoce en profundidad, de los derechos humanos. 

Todo el mundo habla de los derechos humanos. 

Los que saben y los que no saben. 

Los que realmente saben de qué se trata y los que no tienen la más mínima idea de nada. 

Los Derechos Humanos se han convertido en el caballito de batalla de periodistas, de politólogos, de los punteros políticos, de vivos y de vividores. 

Hablar de los derechos humanos es fácil. 

Les sirve a los gobiernos para atacar a los vecinos indeseables. 

Le sirve a los gobernantes que usan a los ingenuos para hacerles creer que piensan, se ocupan y se preocupan de la gente que necesita. 

Les sirve a los políticos para impedir el ascenso de los opositores. 

Y le sirve también, a los gobernantes, para esconder los métodos con los cuales matan de hambre a la gente y la defraudan. 

Lo bueno sería hacer un alto en tanta locura junta, y ponernos a analizar, desmenuzar y comprender de qué se habla cuando nos referimos a los derechos humanos. 

En primer lugar aplicamos los “derechos humanos” a todo ser humano, por el sólo hecho de serlo y de haber nacido. Todos los hombres son libres desde el momento de su gestación. Nadie puede cercenarle la libertad sin quebrar este derecho. 

Por lo tanto, el primer derecho humano que se debe respetar es el de la vida y el de la libertad. 

Se debe respetar la libertad del individuo independientemente de su sexo y su orientación sexual, nacionalidad, etnia y capacidades psíquicas y físicas, y respetemos el derecho a la vida, a la integridad personal, a la igualdad, al honor, a la vida privada, a la información, a los derechos políticos, al asilo por las razones que fuere, a la nacionalidad, a las migraciones y la extranjería, a los derechos económicos, sociales y culturales. 

Defendamos el derecho a trabajar, el derecho frente a los abusos de las Administraciones oficiales y privadas, defendamos al hombre ante la Justicia y defendamos a los pueblos que integran el conjunto de un país. 

Si estamos de acuerdo, estimado lector, preguntémonos si en la Argentina son respetados todos estos derechos. 

Resumiendo, “interpretamos por cultura de los derechos humanos –según leemos coincidiendo con los textos- las actitudes ético-políticas que se impulsan desde el Estado y la Sociedad para aplicar las tres generaciones de derechos humanos: la estabilización de la convivencia política, social y cultural entre los ciudadanos. 

Por derechos humanos de las culturas entendemos la defensa y aplicación de los derechos de los colectivos sociales diferenciados a preservar su identidad, autonomía y paz. Estos derechos se aplican a los pueblos indígenas, a las comunidades negras, a los ciudadanos de raza amarilla, a las poblaciones transeúntes y a los ciudadanos emigrantes. 

Claramente lo dice la Constitución Nacional cuando señala estos derechos en su preámbulo, que postula 


“Afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”. 

La cultura de los derechos es marcadamente regulatoria por su intencionalidad, los derechos humanos de las culturas son decididamente emancipatorios por su calidad diversa.” 

Por lo que vemos, -y los medios escritos y orales así lo testimonian- aquí no se respetan ninguno de los derechos promulgados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adaptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 “A” del 10 de diciembre de 1948, ni siquiera los establecidos por nuestra Constitución Nacional. Son, en este contexto político, sólo una burda mentira. 

Si nos atenemos a este documento, en nuestro país, donde tanto se habla de defender los derechos humanos de los ciudadanos, donde tanto se critica a algunos países del mundo que tampoco la respetan, donde nos llenamos la boca invocando los acuerdos internacionales, los convenios multilaterales, los Derechos del Hombre y del ciudadano, etc. etc., pecamos de hipócritas ya que nuestros funcionarios nos dan el ejemplo al exponer a la nación a la constante violación de estos derechos que dice defender. 


El hipócrita es aquel que llega a creerse sus propias mentiras. 

Al quedar los Derechos Humanos en una simple enunciación, en una mera cuestión dialéctica, el país se transforma -por única responsabilidad de sus gobernantes- en hipócrita: se cree las mentiras que dice. 

Y puntualizamos: 

1) No tenemos seguridad interior, porque la inseguridad reina en todo el país y vive con absoluta libertad, los ciudadanos que trabajamos y hacemos el progreso del país con nuestros impuestos, vivimos tras las rejas -no siempre seguras- de nuestras casas. Suponemos que la señora presidenta no lo sabe. 


O será sólo una sensación de los argentinos que mueran en la calle obreros, empleados, jubilados, jóvenes, niños, mujeres embarazadas, agentes de policía. 

2) No tenemos un gobierno que propenda a nuestro bienestar, porque la inflación nos lleva, en pocos días, lo que nos cuesta ganar en todo un mes de trabajo. Seguro que la señora presidenta, no lo sabe porque no compra los productos comestibles que consume, ni paga el transporte público que utiliza para ir desde Olivos a la Casa de Gobierno, ni el avión que la lleva a veranear a El Kalafate, ni paga los servicios, etc., etc., etc. 

3) Además, con absoluto desempacho, permite que funcionarios como Guillermo Moreno sigan utilizando con total desenfado la prepotencia y el matonismo para imponer las teorías de Estado. 


Hemos visto azorados, las actitudes de este atrevido y desenfadado funcionario de Gobierno prepoteando a los empresarios de Papel Prensa y ofreciendo trompadas a las personas educadas que iban a participar de una reunión de Directorio. 

Tenemos vergüenza ajena que este sujeto siga siendo funcionario del desgobierno argentino. 

¿Sabrá este señor que los Derechos Humanos incluyen el respeto a la opinión ajena? 

4) Los derechos humanos, aplicados como dice hacerlo este lamentable gobierno argentino, no permitirían que gobernadores como Jorge Capitanich y Cristina Kirchner desde el Ministerio de Salud Social, dejen morir de hambre a muchos chicos del país, y nos quieran hacer creer que están invirtiendo mucho dinero en solucionar ese problema. 


Está claro que esto también es mentira y les sirve a los políticos para seguir caminando el país con plata de los que trabajamos para seguir haciendo política que es lo único que les interesa. 

Por eso no les importa cómo viven los chicos del Chaco, ni los de Salta, ni los de Catamarca, ni los de Tucumán, ni los de Jujuy, ni los de la Puna, ni los de las villas, ni de los chicos de todas las edades que caminan sin rumbo por las rutas del país. 


Ni los niños abandonados a las orillas de los ríos y de los arroyos, ni de los que son secuestrados y nunca más vuelven al seno de su hogar. 

Estos son los Derechos Humanos del Gobierno de Cristina Kirchner. 

5) También nos espantamos cuando nos enteramos -por los análisis de los periodistas que el desgobierno actual todavía no ha podido comprar-, que hay corrupción pública y al Poder no le importa, y tomamos conciencia que algunos gobernadores entregan a empresas multinacionales la riqueza argentina destruyendo el ecosistema. 


Es también atentar contra los Derechos Humanos permitir que se concreten grandes emprendimientos mineros como se hizo en San Juan, en Andalgalá y ahora en Famatina. 

Donde el gobernador de La Rioja Beder Herrera, que se esconde del pueblo que lo votó, no le da la cara, no habla con sus vecinos y siempre está ocupado “trabajando por su provincia” en Punta del Este o en Buenos Aires. 

Son cómplices de la barbarie contra los seres humanos y contra el medio ambiente, el Gobierno nacional por avalarlo y el Poder político local por aceptar -vaya uno a saber a cambio de qué- una vergonzosa propuesta que destruye una de las fuentes de agua más importantes del noroeste argentino y de los riojanos de aquellos lugares. 

La señora presidente, dice ocuparse del medio ambiente. 

Le sugerimos que si es así, se vaya a descansar al Kalafate. 

Esto también forma parte del marco ideológico de los Derechos Humanos. 
Respetuosamente le pedimos a la señora presidente, nos informe a los argentinos, dónde están los derechos humanos que tanto pregona, en la Argentina. 

Nosotros le contamos nuestra “sensación". 


Los Derechos Humanos, en la Argentina no existen.

Es sólo una burda mentira para engañar a los ciudadanos de adentro y de afuera. 


Es una mentira que le permite al país permanecer en el Mercosur, en el UNASUR y en el CELAC, junto a algunos países con el mismo criterio que el nuestro, donde se intenta cercenar la libertad de prensa, aniquilar a los medios independientes y llenar los pueblos y ciudades de radios de FM y pasquincitos afines al Gobierno, mantenidos con dinero de nuestros impuestos otorgados por este desgobierno. 

La mentira le sirve a los gobernantes argentinos para burlarse de la verdad, de lo único que puede salvar el futuro de los argentinos: 


El Sinceramiento. 

A no olvidarse, señora presidente, que los Derechos Humanos también obligan al Estado a no mentir, a no burlarse de la gente y a no jugar con su paciencia. 

Es una cuestión de respeto, consideración y educación para con el pueblo argentino. 

martes, 19 de febrero de 2013



 JUSTICIA PELIGROSA:
                 
       ESTE MATRIMONIO DESIGNÓ MÁS DE 400 JUECES...

Tenemos todo el derecho a sospechar que todos los designados jamás defenderán al ciudadano de a pié.

Las demostraciones de la indecencia de muchos magistrados, me lleva a sostener que la Justicia actual, es altamente peligrosa para nuestras libertades.

Si tiene la desgracia de caer en los juzgados de algunos de estos "sospechosos", recúselo!!!

No deje que un potencial ladrón acometa sobre sus derechos!!!

Lo sucedido ayer en el Senado, con la cuestión de Irán, nos deja en estado de abandono, porque los "legisladores" privilegiaron el capricho presidencial, a nuestra seguridad, ante un Estado terrorista.

con jueces, y políticos, como los de ayer, nuestra continuidad como sociedad libre, está gravemente amenazada.

Con una "justicia", que responde a un régimen político, lo que debemos hacer es enfrentarlos!

No debemos entregarnos mansamente a sus voluntades, criminales.

Política judicial

El kirchnerismo designó a más de la mitad de los jueces nacionales.

La Presidenta critica a la Justicia y promete "democratizarla", pero de 730 jueces, ella y su marido nombraron a 400; adeuda más de 50 vacantes.

En los últimos meses, Cristina Kirchner viene cuestionando con dureza a la Justicia, y la semana pasada informó que estaba preparando un proyecto para "democratizar" la selección de jueces , así como su enjuiciamiento. 

Pero más de la mitad de los jueces nacionales y federales que están en actividad fueron nombrados por el kirchnerismo: 

la Presidente y su antecesor, Néstor Kirchner, eligieron al 54,8% de los magistrados, contando jueces, camaristas y ministros de la Corte.

En total, los jueces en ejercicio son 730, según los datos oficiales del Poder Judicial; de ellos, 400 fueron designados desde el 25 de mayo de 2003, cuando asumió Néstor Kirchner, según un relevamiento realizado por LA NACION sobre las listas publicadas por el Consejo de la Magistratura.

En este período fueron nombrados, además, otros 61 jueces que ya dejaron sus cargos o están llamados a ocupar juzgados que todavía no fueron puestos en funcionamiento.

La Presidenta tiene más de 50 vacantes por cubrir, 34 de ellas desde hace más de dos años. 

Del análisis de cada uno de los concursos surge que el Poder Ejecutivo tardó en promedio 13 meses para elegir a cada juez.

Además del Poder Ejecutivo, en el proceso de selección de jueces intervienen el Consejo de la Magistratura, donde el oficialismo es el grupo más fuerte, y el Senado, que tiene mayoría kirchnerista. 

La ley del Consejo de la Magistratura, que regula su funcionamiento, fue un proyecto de Cristina Kirchner, que por entonces era senadora. 

Por eso, fuentes del Gobierno afirmaron que difícilmente la "democratización" incluya volver a modificar los ejes de esa ley.

En qué consiste el proyecto de la Presidente es, para los jueces, una incógnita. 

"Nos parece bien que se hagan transformaciones", dijo una fuente de la Corte. 

"Siempre hemos reclamado más celeridad en el sistema de selección de jueces", agregó.

El Consejo de la Magistratura y la Presidenta fueron siempre los destinatarios de las quejas de los magistrados por la lentitud en la cobertura de vacantes, pero ninguna de las fuentes del oficialismo consultadas por LA NACION apuntó a los tiempos del sistema como eje a modificar con su plan de democratizar los tribunales.

"La Presidente está haciendo una exhortación. 

Puede haber advertido que [jueces que ella designó] no tenían el compromiso democrático debido, por ejemplo, para respetar las leyes del Congreso y los decretos del Poder Ejecutivo", manifestó un funcionario con acceso a la residencia de Olivos que ha trabajado en proyectos vinculados a los tribunales. 

Y advirtió:

 "De todos modos, los jueces que más fallan contra el Estado y a favor de las grandes corporaciones son los que ella no nombró, y muchos vienen incluso de la dictadura".

Era una referencia a la Cámara Civil y Comercial Federal, que en los últimos tiempos dictó una sucesión de fallos adversos al Gobierno, sobre todo en dos causas de especial sensibilidad política: 

el caso contra el Grupo Clarín por la ley de medios audiovisuales y la causa por la estatización del predio de la Rural en Palermo.

En ese tribunal, cuando el caso Clarín pasó a ocupar el centro de la escena, tres de los camaristas civiles y comerciales eran jueces nombrados por el kirchnerismo; los otros cinco habían sido designados antes (uno de ellos renunció desde entonces). 

Es la contracara de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, el tribunal a donde la Casa Rosada pretendió derivar antes del 7 de diciembre el caso Clarín: la gran mayoría de sus integrantes fue designada por el kirchnerismo.

No obstante, si bien esta cámara es menos propensa a fallar contra el Gobierno, también le generó un disgusto cuando rechazó las recusaciones contra los camaristas que estaban interviniendo en el caso de la ley de medios.

En las últimas semanas, la Presidente endureció su discurso hacia la Justicia: 

"Cuando hay dinero de por medio, no les importa nada", dijo en un acto de diciembre, en referencia directa a los jueces. 

El 5 de enero añadió que el sistema judicial "está severamente dañado por la falta de administración de justicia".

Casi todas sus críticas tuvieron como destinataria a la Cámara Civil y Comercial Federal, cuyos miembros, además de recusados en varias ocasiones, fueron denunciados por el kirchnerismo.

También, en forma más discreta, a la Corte Suprema. 

Pese a que cuatro de sus siete miembros actuales llegaron al cargo con el kirchnerismo, en estos días el máximo tribunal tiene una relación tensa con el Gobierno.

"Cuando se trata de funcionarios hay una larga cola de jueces para investigar", le reprochó el lunes pasado la Presidente al Poder Judicial. 

Entre los magistrados que investigan al poder político también es alto el índice de los nombrados por el kirchnerismo.

En los juzgados federales penales de Comodoro Py, donde están radicadas las principales causas de corrupción contra funcionarios, siete de los doce jueces de primera instancia fueron elegidos por Néstor o Cristina Kirchner (Daniel Rafecas, Ariel Lijo, Julián Ercolini, Sebastián Ramos, Sebastián Casanello, Marcelo Martínez de Giorgi y Luis Rodríguez).

Los otros cinco venían desde antes (María Romilda Servini de Cubría, Norberto Oyarbide, Rodolfo Canicoba Corral, Claudio Bonadio y Sergio Torres).

Rafecas, pese a haber sido elegido por el kirchnerismo, tiene un pedido de juicio político en su contra promovido por el Gobierno, a partir de su actuación en la causa que involucra al vicepresidente Amado Boudou.

El Consejo de la Magistratura, con mínima actividad y mucho trabajo adeudado