sábado, 14 de mayo de 2011

PRISIONEROS DE GUERRA

Ante el cuadro de destrucción y disgregación de la Nación Argentina y conteste a la solicitud de “Los militares presos ante el proceso electoral”, es que envío estas escuetas líneas para su publicación.

1º.- Para buscar la Verdad y la Justicia debemos nominar las cosas por su nombre.

2º.- Los encarcelados en los campos de concentración, son verdaderos Prisioneros de Guerra.

No de otra manera se puede nominar la condición a la que están sometidos los militares que combatieron la subversión apátrida por orden superior del Comandante en Jefe de las FFAA en su calidad de Presidente de la Nación Argentina, como lo fue el Gral. Perón, como a los que guerrearon contra los piratas ingleses en el Atlántico Sur.

3º.- Si hay prisioneros de guerra que los están vejando y matando lenta e inmisericordemente en campos de concentración en nuestro propio territorio, es que ya hay una nación, sino vencida, al menos ocupada.

4º.- Esta Guerra Seca a que estamos sometidos, antesala de la disgregación y desintegración de la Argentina se está dando en todos los planos:

En el plano social, cultural y religioso. La sanción de la ley de amancebamiento legal entre putos aprobada el año pasado por todos los bloques partidarios, rompe el orden social de la familia y la comunión de generaciones que se crea en la estructura familiar, base de la existencia del pueblo y de la nación.

Con esta ley se disuelve el alma de la Nación Argentina, quedando solamente un estado recaudador, que a todas luces es enemigo de Dios, de la familia y de nuestra nación.

La ley de educación sexual, nacional y obligatoria, con las modificaciones del Código Civil de la antedicha inicua ley, va a intentar dar el tiro de gracia a nuestro pueblo, prostituyendo a los niños a partir del jardín de infantes.

La guerra social a través de la introducción y comercialización de la droga, el caos organizado que alienta -para dar solamente un ejemplo- a que se ocupen y construyan viviendas en los terrenos del estado, como sucede ante la vista de todos y de la propia Policía Federal, en la Estación Retiro de los FFCC, es sólo un botón de muestra de esta verdadera guerra a que estamos sometidos.

Cuadros armados y entrenados desde el mismo ejecutivo para tomar escuelas, universidades; entorpecer el tránsito, sabotear los medios masivos de transporte para generar el caos y un ambiente creciente de inseguridad.

La total destrucción y aniquilamiento de las FFAA, como ahora le toca el turno a la Gendarmería y Policía Federal, son la antesala de la disgregación nacional, que ha comenzado con la invasión territorial, tanto en la Cordillera, donde hemos cedido la soberanía a empresas mineras anglo-canadienses, australianas y angloamericanas mediante el Convenio Minero Argentino-Chileno (ley 25.243 del 23/03/2000), como en el Atlántico con la oficialización operativa del aeropuerto inglés en Río Negro, que funciona como cabecera de playa de los británicos en la Patagonia desde la fortaleza Malvinas.

Esta invasión territorial se complementa con la operación británica de crear Estados Independientes Plurinacionales dentro de nuestro territorio mediante la mascarada de “los Pueblos Originarios”.

5º.- Se llama Guerra Seca, ya que no es una guerra convencional con ejércitos y enfrentamiento bélico, sino que se da en la anomia, la desobediencia y la injusticia, pues como dijo SS Benedicto XVI en su primer encíclica:

“Un estado que no se rigiera por la justicia se reduciría a una gran banda de ladrones”,

con el agravante que acá hay algo más que una banda de ladrones, ya que los tres poderes del Estado Nacional y la oposición partidocrática responden a esta verdadera Cultura de la Muerte, esta sinarquía mundial, cuyo cerebro y tentáculos están en Londres y que a partir de la Guerra de Malvinas, está decidida a desintegrar nuestra Nación en varias republiquetas.

Con la confianza puesta en la Generala de los Ejércitos de San Martín y Belgrano, que nos protege, reúne e impulsa a alcanzar nuestro destino como Pueblo y Nación, me despido implorando al Altísimo para que nos anime a los varones a derrotar el miedo y la cobardía, para poder así llamar las cosas por su nombre.

José Antonio Gradín
San Luis

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