Parece mentira que una institución como la Policía Federal Argentina tenga en estado de “abandono” a Oficiales Superiores, Jefes, Subalternos y Suboficiales, que se encuentran privados ilegítimamente de la libertad por haber luchado contra la subversión apátrida, a pesar de que la misma fue la pionera en la lucha en el monte tucumano, combatiendo contra el PRT-ERP.
El sufrimiento de nuestros camaradas en cautiverio, al igual que el de sus familiares, no es contenido por el Comando Institucional así como tampoco por el Círculo de Oficiales, Círculo de Suboficiales, Sala de Comisarios Generales, Sala de Comisarios Mayores e Inspectores.
Y lo que es peor aún por el Clero Policial, que en ningún momento visitó al personal para brindarle asistencia espiritual ante esta situación urgente.
El Comisario General Néstor Valleca y el Comisario General Jorge Oriolo, Jefe y Subjefe, se dedicaron a enriquecerse ilegítimamente, al igual que el Ministro Aníbal Fernández, con el consentimiento del gobierno montonero.
Camaradas: Desde esta prisión sabemos que nuestra querida Institución es ajena a las circunstancias.
Sabemos que el avance de la delincuencia no es culpa de ustedes, dado que les han quitado todas las facultades de intervenir.
Entendemos, también, que ustedes son parte del abandono, desde lo operativo así como también de la asistencia social.
Nuestro querido Hospital Churruca está en estado de dejadez, abandono también, por la corrupción de la Plana Mayor.
Sus instalaciones están peor que los hospitales públicos de peor reputación.
La falta de equipamiento y la migración de profesionales hace que la familia policial no reciba la atención necesaria por el sistema corrupto que administra la Superintendencia de Bienestar.
Tengan en cuenta que los que estamos cautivos hoy en día, recibíamos órdenes del Comando Institucional.
Que no combatíamos en forma individual. Que la Institución toda fue víctima de la subversión, mediante el atentado masivo a Seguridad Federal, el asesinato de nuestro querido Jefe, el Comisario General Villar y su esposa…
De tantos Oficiales, Suboficiales y Agentes que, para robarles el arma reglamentaria eran ultimados sin piedad.
Esta historia puede volver a repetirse y ustedes pueden ser también “abandonados”. Tengan memoria y no permitan la destrucción de nuestra querida Institución.
Tampoco sean parte de la indiferencia hacia sus camaradas cautivos, padeciendo en cárceles comunes el odio de la subversión que hoy nos gobierna.
Parece mentira que una institución como la Policía Federal Argentina tenga en estado de “abandono” a Oficiales Superiores, Jefes, Subalternos y Suboficiales, que se encuentran privados ilegítimamente de la libertad por haber luchado contra la subversión apátrida, a pesar de que la misma fue la pionera en la lucha en el monte tucumano, combatiendo contra el PRT-ERP.
El sufrimiento de nuestros camaradas en cautiverio, al igual que el de sus familiares, no es contenido por el Comando Institucional así como tampoco por el Círculo de Oficiales, Círculo de Suboficiales, Sala de Comisarios Generales, Sala de Comisarios Mayores e Inspectores.
Y lo que es peor aún por el Clero Policial, que en ningún momento visitó al personal para brindarle asistencia espiritual ante esta situación urgente
El Comisario General Néstor Valleca y el Comisario General Jorge Oriolo, Jefe y Subjefe, se dedicaron a enriquecerse ilegítimamente, al igual que el Ministro Aníbal Fernández, con el consentimiento del gobierno montonero.
Camaradas: Desde esta prisión sabemos que nuestra querida Institución es ajena a las circunstancias.
Sabemos que el avance de la delincuencia no es culpa de ustedes, dado que les han quitado todas las facultades de intervenir.
Entendemos, también, que ustedes son parte del abandono, desde lo operativo así como también de la asistencia social.
Nuestro querido Hospital Churruca está en estado de dejadez, abandono también, por la corrupción de la Plana Mayor.
Sus instalaciones están peor que los hospitales públicos de peor reputación.
La falta de equipamiento y la migración de profesionales hace que la familia policial no reciba la atención necesaria por el sistema corrupto que administra la Superintendencia de Bienestar.
Tengan en cuenta que los que estamos cautivos hoy en día, recibíamos órdenes del Comando Institucional.
Que no combatíamos en forma individual.
Que la Institución toda fue víctima de la subversión, mediante el atentado masivo a Seguridad Federal, el asesinato de nuestro querido Jefe, el Comisario General Villar y su esposa…
De tantos Oficiales, Suboficiales y Agentes que, para robarles el arma reglamentaria eran ultimados sin piedad.
Esta historia puede volver a repetirse y ustedes pueden ser también “abandonados”.
Tengan memoria y no permitan la destrucción de nuestra querida Institución.
Tampoco sean parte de la indiferencia hacia sus camaradas cautivos, padeciendo en cárceles comunes el odio de la subversión que hoy nos gobierna
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