Denunciamos que desde el Estado Nacional se ejecuta una ininterrumpida y sistemática campaña de destrucción de las instituciones fundacionales de la patria.
Esta campaña tiene lugar a través de la prolongación del terrorismo subversivo en todos los ámbitos, especialmente en la educación y la comunicación social, mediante la imposición dogmática e inflexible del falseamiento y la tergiversación de la historia y la supresión de la memoria de las víctimas del terrorismo subversivo.
Denunciamos la concurrente demonización de las Fuerzas Armadas, de seguridad, policiales y penitenciarias y la judicialización de la guerra contra el terrorismo subversivo.
Denunciamos la persecución y el exterminio de los integrantes de las fuerzas legales, que se batieron por la libertad de la patria, mediante la aplicación de un derecho penal de enemigos y la vulneración de todos sus derechos, por lo cual ya 120 camaradas han perdido la vida injustamente privados de su libertad, siendo sepultados sin honores en una extensión póstuma de la ciega venganza.
En tanto, los únicos octogenarios detenidos en cárceles comunes, malsanas e inadecuadas, son nuestros camaradas.
Denunciamos que, para ello, se ignora la división de poderes y se bastardea la República, hasta hacer de ella una satrapía monstruosa, en la que una cáfila enquistada en el poder patotea desembozadamente a una sociedad aborregada y huérfana de valores.
Denunciamos que lo que en última instancia se busca es la domesticación y el sometimiento incondicional de las fuerzas remanentes a los dictados del poder, para que, totalmente desnaturalizadas, ¡a ninguno de sus integrantes se le ocurra defender a la patria!
Apelamos pues, a la conciencia de todos: ningún proyecto de país es viable en el odio y la discordia.
Nada podemos crear, lanzados unos contra otros.
Sólo habrá República si hay división de poderes.
Sólo seremos Nación con un proyecto de vida en común.
El prevaricato, la agresión, la confrontación permanente, la desmesura de la acumulación de poder, el tráfico de voluntades, la corrupción, el clientelismo y la mentira, caerán finalmente, como cae todo lo abyecto.
¡Unámonos para ver ese día!
Unámonos por nuestra posteridad, que deberá saber muy bien por qué pasó lo que pasó, en esta patria en pedazos que, sin advertirlo, ¡se juega hoy el ser o no ser!
Dios nos ampare e ilumine.
¡Viva la Patria!
No hay comentarios:
Publicar un comentario