EL ALEGATO DE UN MILITAR QUE DESCONOCE A LA JUSTICIA CIVIL
El alegato ante la
sala IV de la Cámara de Casación Penal de la Nación del Coronel (RE) Jorge
Molina Ezcurra, que reproducimos íntegramente, presenta argumentos políticos
significativos.
Soy el Cnel. ® JORGE
MOLINA EZCURRA, pertenezco al Arma de Infantería, tengo el Titulo de OEM y las
Aptitudes Especiales de Inteligencia y Tropas de Montaña.
Concurro ante esta
Excma. Cámara Nacional de Casación Penal a mi solicitud y para referirme a la
condena que me fuera impuesta por el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de
Neuquén en Diciembre de 2008, por supuestos delitos, nunca probados, cometidos
en el marco de la Guerra contra la Subversión y el Terrorismo de los años
70.
Como Oficial pelee
en las Guerras que la Nación Argentina me ordenó y debió enfrentar al ser
agredida, al igual que todo el Ejercito Argentino.
Lo hice cumpliendo
lo que de muy joven había jurado, “defender mi bandera hasta perder la vida”,
bajo gobiernos constitucionales o “de facto”. No hice más que cumplir con mi
juramento de soldado.
Los soldados
actuamos por decisiones tomadas desde el Poder Político, hacemos uso de la
Fuerza Legal y Legitima del Estado, frente a la violencia de cualquier agresor
externo o interno.
Nuestro país
enfrento en las décadas de 1960 y 1970 una “Guerra Civil Revolucionaria” hecho
negado por el Tribunal Oral que me condenara y quiera reconocerlo o no esta
Excma. Cámara, Fiscales o querellantes.
Esto lo afirmo 13
veces la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal en
la causa 13/84 que condeno a los Comandantes y la CSJN que confirmo dicho
fallo.
Pero no solo esa
Cámara lo dice, sino también está escrito en más de 600 libros editados después
de 1983, por jefes e integrantes de Montoneros, ERP y FAR.
Y lo ha afirmado
hasta el mismo Fidel Castro.
Citare solo a
dos:
Martín Caparros,
co-autor de “La Voluntad” con Eduardo Anguita, el más claro y honesto
ex-integrante de Montoneros y actual periodista, decía en su artículo El Peor
Acuerdo:
“La subversión
marxista, o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte, quería,
sin dudas asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden
social. No queríamos un país capitalista y democrático, queríamos una sociedad
socialista, sin economía de mercado...
Mario Firmenich,
Jefe máximo de Montoneros decía ya en 1972:
“la vía armada es el
único método estratégicamente correcto para tomar el poder”
Pero lo curioso, es
que también lo dijo la Justicia Federal:
“En la Argentina en
los años 70 hubo una guerra revolucionaria (Cámara Federal en la Sentencia de la
Causa 13/84).
“En el accionar de
las FFAA, durante la guerra antisubversiva, no existió genocidio ni terrorismo
(CSJN 1984 – Juicio a las Juntas)
No me extenderé en
este tema, solamente afirmare con vehemencia que nuestro país fue agredido y se
vivió una GUERRA, hecho fáctico que desconoce el Tribunal Oral que me condeno en
primera instancia.
En toda Guerra
pueden cometerse errores, omisiones o delitos y ello es posible, pero tienen su
fuero para ser juzgados y ESTE NO ES MI FUERO.
“Ningún habitante de
la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en Ley anterior al hecho
del proceso ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces
designados por la Ley anterior al hecho de la causa”.
Siendo un lego
total, el Art. 18 de la Constitución Nacional, que acabo de leer, es más que
claro, no da lugar a ninguna otra interpretación y hasta hoy no fue
modificado.
Con el mayor respeto
que le debo a este Alto Tribunal y al Tribunal Oral que me condenara, me
pregunto y les pregunto:
¿En qué materia o en
que postgrado han desarrollado Uds. conocimientos de estrategia nacional o
militar contemporánea?
Con el mismo respeto
les pregunto Sres. Jueces
¿Qué conocimientos
tienen Uds. de conflictos de baja intensidad o de las fases de una Guerra
Revolucionaria?
¿Qué estudios
superiores tienen Uds. de organización y doctrina militar de cualquier nivel,
nacional o extranjera, que conocen de Historia Militar o de Historia de la
Guerra?
Inclusive y más importante aún,
¿qué saben de las tradiciones militares
que se traspasan de generación en generación y aun entre ejércitos?
Yo les preguntaba
Sres. Jueces cual era vuestra experiencia en estos temas y les
respondo:
NINGUNA pero
Ninguna. Señores Uds. son Jueces Legos en estos temas y se les ha entregado un
tema eminentemente político para judicializarlo.
Creo que es
innecesario aclarar que estas afirmaciones u otras que hare no revisten carácter
personal contra ninguno de los integrantes de este Exma. Cámara, sino contra el
sistema persecutorio que se ha establecido en nuestro país contra los
integrantes de las FFAA/SS/PP y Penitenciarias.
Sobre este tema de
la Justicia Militar, Carlos Pellegrini en un célebre discurso “Papel del
Ejército dentro de la Nación Argentina”, en la Cámara de Diputados de la Nación,
decía:
“El militar tiene
otros deberes y otros derechos, obedece otras leyes, tiene otros jueces, viste
de otra manera, hasta habla y camina de otra forma” y continuaba…
Es así Señores, los
integrantes de las Fuerzas Legales de hace 35 años estamos presos y siendo
juzgados por una decisión política y se emplea al Poder Judicial para darle
pretendidos visos de legalidad.
Este tremendo
desvarío solo puede darse en nuestro país, quien podía imaginar a Alemania en
1980, 35 años después del fin de la II Guerra Mundial, analizando y juzgando el
proceder de su Ejército derrotado, no, miraba al futuro y ya era la primera
potencia económica de Europa.
Quien imaginaba a
EEUU en el año 2000, 35 años después de la caída de Saigón, analizando su
accionar en la guerra de Vietnam.
Sr Presidente es que
cuando…
La Justicia se
desentiende de la verdad, escribe el libreto del poder de turno. Y esto es lo
que hoy ocurre en la Argentina.
¿Buscamos la Verdad
y la Justicia? No, rotundamente afirmo que es mentira, no es cierto que
busquemos verdad y justicia, sino, ¿Dónde están y porque no se les reclama
responsabilidad histórica a quienes por acción u omisión, contribuyeron a llegar
a esta situación?
Por
ejemplo:
- Los Jueces que en
un Gobierno Constitucional se negaron a integrar los tribunales para juzgar al
terrorismo.
- Los gobernantes
constitucionales que ordenaron a las FFAA combatir y aniquilar al
terrorismo.
- Los legisladores
que desde el Congreso pidieron el “exterminio” de los integrantes de las bandas
terroristas.
- Los Funcionarios
civiles, de todos los niveles, del último gobierno militar que avalaron la
guerra antiterrorista y ahora se suman al cuestionamiento y enjuiciamiento del
accionar de las FFAA.
- Los jueces que
fallaron que lo sucedido había sido una guerra revolucionaria y que no había
perseguidos políticos, sino enemigos de guerra.
- Los jueces que
fallaron que en el accionar de las FFAA no había existido ni terrorismo de
estado ni genocidio y hoy callan ante la mentira y el atropello de la
Constitución y el derecho.
- Los Jueces Supremos que en más de diez
fallos sostuvieron la constitucionalidad de las Leyes de Obediencia Debida y
Punto Final.
- Los políticos de todos los partidos que formaron parte del
Proceso de Reorganización Nacional como funcionarios de diferentes
niveles.
- Los empresarios,
banqueros y hombres del poder económico que se sirvieron del Proceso Militar
haciendo pingues negocios y que son los mismos grupos económicos de
hoy.
- Los sindicalistas
que reclamaban el golpe militar y que fueron más que un soporte de apoyo moral
en esta guerra.
- La Iglesia
Católica y otros cultos que apoyaron permanentemente al Gobierno
Militar.
- Los intelectuales,
pensadores, escritores y periodistas de todos los signos políticos e ideológicos
que eran asiduos visitantes de la Casa Rosada, elogiando el PRN.
Sr. Presidente, esta
lista sería muy larga, pero lo único cierto, es que hoy solo se nos pide rendir
cuentas a quienes no habíamos tomado el Gobierno, ni elaborado los planes y las
ordenes, no teníamos poder de decisión de ningún tipo, éramos el último escalón
en la cadena de comando y ninguno de nosotros superaba los 30 años de edad, hoy
somos condenados como “autores mediatos” como si hubiese estado a nuestro
alcance controlar o evitar los supuestos hechos.
Interpretar las
leyes ideológicamente y en forma rebuscada para judicializar un proceso político
35 años después, solo garantiza la continuidad del conflicto y su eventual
escalada, atenta contra la paz interior y la necesaria reconciliación de los
argentinos.
Esto es lisa y
llanamente una venganza, mal disfrazada de búsqueda de la verdad y que los
únicos que podemos pagar por razones biológicas somos los aquí
presentes.
No se sumen Uds.
Sres. Jueces a este trasvasamiento generacional de odios.
Mi familia y yo no
lo hemos hecho, pese a tener razones personales para hacerlo.
La ambulancia que
en 1972 en la ciudad de Córdoba, trasladaba el cajón con el cuerpo de mi hija
recién nacida y fallecida fue agredida y apedreada por militantes de Montoneros,
por el solo hecho que la ambulancia era de color verde oliva, pese a ese hecho
mis hijos no fueron criados en el odio, hoy tengo dudas de sus
sentimientos.
Nos hemos adherido
al “colonialismo judicial” y lamentablemente pareciera que la Justicia Argentina
está orgullosa de esto.
Los países centrales hablan de “derecho universal”, pero
para ser aplicado en los países “mercachifles” del Tercer Mundo.
Y es en estos países
donde se comienzan a elaborar rebuscadas teorías jurídicas que justifican el
invento de los “derechos consuetudinarios” y las “costumbres jurídicas”, su
imprescriptibilidad y de estar por encima de cualquier Constitución o Leyes
anteriores o amnistías, ignorando la existencia de siglos de “derecho positivo”
que le costaron mucho al mundo.
Uds. lo saben Sres.
Jueces mejor que yo, ya que son penalistas, no existe Ley Penal si esta no está
escrita.
La pregunta es ¿si
esta Justicia Universal fuera cierta, porque no la aplican, y suscriben esta
teoría EEUU, Francia, Alemania, Rusia, etc.?
Jamás lo harían esto está elaborado
para ser aplicado en las “colonias” del Tercer Mundo.
El 28 de octubre de
2011, luego de conocerse las condenas en el denominado “juicio ESMA”, el
Canciller de Francia Alain Juppe expresaba:
“Saludo esta
decisión que honra a la Argentina y su compromiso en la lucha contra la
impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura militar”.
Realmente, estas
declaraciones cuanto menos causan estupor y consecuente indignación, por la
falsedad e hipocresía de las mismas.
Justamente Francia,
la gran colaboradora del régimen nazi en la II GM, que arrastra en su Historia
dos guerras revolucionarias coloniales salvajes en el Siglo XX, hace pocos años,
(Indochina y Argelia) donde lo que menos se respetó fueron los “derechos
humanos”, digamos no se respeto ningún derecho.
Hoy y desde hace varios años,
Francia intenta lavar sus culpas presentándose como líder mundial de los
DDHH.
¡Ellos, los
inventores de los métodos de interrogación más cruentos y salvajes y de
eliminación de la población civil del modo más cruel, nos dan lecciones y
felicitan a las “colonias”!.
¡Ellos, los
inventores del “televisor humano”, como método de terror y
venganza!
¡Ellos, los mejores
alumnos del Vietcong vietnamita!
¡Ellos los que
avalaron las más salvajes dictaduras africanas y aun mantienen tropas coloniales
en ese continente, para resguardar sus intereses económicos!
Pero lo curioso es
que Francia nunca, pero nunca, juzgo a ningún integrante de sus FFAA por estos
reales “crímenes de guerra”.
Por el contrario cuando hace poco tiempo un Juez
intento procesar al General Aussaresses, miembro de la Legión de Honor y
veterano de la Guerra de Argelia, por sus declaraciones periodísticas
reivindicando la actuación y los métodos empleados por el Ejército Francés en la
Guerra de Argelia, que el Juez las considero “apología del delito”, la Cámara de
Casación Francesa ordeno cerrar el caso, dictaminando básicamente, que los
cargos impuestos contra el militar habían sido amnistiados y que Francia había
adherido a los tratados internacionales que tipificaban la “Lesa Humanidad” con
posterioridad a los hechos, por lo que de ser estos aplicados se violaría el
principio de irretroactividad.
Recordare otros
ejemplos que demuestran lo acertado de mis anteriores afirmaciones:
El caso TF Bravo en
EEUU y el Tcnl. Malatto en Italia. Vietnam, Afganistán, Irak, España,
etc.
Sobre este tema es
interesante también escuchar lo que opina nada menos que una sobreviviente del
campo de exterminio de Auschwitz, Simone Veil, en su autobiografía escrita hace
pocos años y refiriéndose a “los DDHH defendidos por los gobiernos poderosos”
señala “estos DDHH, supuestamente universales, no lo son.
Siempre hay una doble
vara para medir.
Cuando se trata de negociar acuerdos comerciales con China, el
silencio vale oro. Cuando se busca seducir a Vladimir Putin, se le otorga sin
problemas certificados de civismo, silenciando sus violaciones a los sacrosantos
DDHH. En el fondo, se sermonea únicamente a los débiles, mientras que siempre se
termina blanqueando a los poderosos”.
Esta es la nueva
forma de dominación mundial de las potencias.
Citare a
continuación unas frases de alguien a quien nadie podrá acusar de represor o
genocida, y que hablando de derecho positivo, hace pocos meses decía el Dr. Gil
Lavedra:
Naturalmente el
Estado de Derecho exige probar el hecho punible y la culpabilidad del autor y no
podemos penar a quien no se logra acusar con éxito.
La impunidad del
poder es tan degradante como una condena injusta. Incluso peor, porque,
consumada, no admite reversión.
Con toda esta serie
de desatinos y la aplicación de esta “justicia universal”, los argentinos nos
quedamos sin FFAA y sin Poder Judicial, un gran logro del poder político de
turno.
Pero la gran
confirmación de estos desatinos lo acabamos de escuchar de boca del Presidente
de la CSJN, cuando en la presentación de su Libro “Derechos Humanos, justicia y
reparación” habla de que los “juicios contra represores por delitos de lesa
humanidad, son una Política de Estado y no tienen marcha atrás”.
Más allá del grosero
prejuzgamiento por parte de la máxima autoridad de la Justicia argentina,
implica un desconocimiento alarmante de lo que es una política de estado y cómo
encaja esta en un régimen republicano de Gobierno, si mal no estudie Estrategia
Nacional en el país y en el exterior.
Las “políticas de estado” son fijadas por
el PEN en base a los grandes Objetivos Estratégicos Nacionales y no son
“consensuadas” con el Poder Judicial ni con el Poder Legislativo. Así por lo
menos actúan los países en serio.
¿Quién lo imagina al
Presidente Bush o al Presidente Obama consultando a un Juez o a una Cámara para
combatir el terrorismo internacional, que es una “política de estado” de EEUU, e
invadir Irak o Afganistán, u ordenar deponer al Presidente Mubarak o
Kadafi?
¿Quién imagina al
Presidente Sarkozy consensuando con la Corte Francesa el bombardeo de Libia o al
Primer Ministro David Cameron del Reino Unido acordando con la Cámara de los
Comunes o de los Lores el mismo tema?
De paso recordemos que en estos bombardeos
se aniquilo población civil que nada tenía que ver en esta lucha de intereses
petroleros.
Pero,
¿Cómo se puede
explicar que la máxima autoridad del Poder Judicial que deberá revisar en última
instancia los fallos de estos Tribunales y Cámaras, escriba y exponga en su
libro los futuros fundamentos de la confirmación de estos fallos?
Se parte de la base
que la Corte Suprema de Justicia de la Nación es el pilar fundamental de la
Republica en lo que refiere a las garantías que tienen los ciudadanos de que sus
derechos y libertades serán respetados, por eso y para decirlo suavemente, no
entiendo a su Presidente.
Pero, en esta
presentación de su libro, la frutilla del postre fue la presencia y la palabra,
del ex integrante del ERP, actual periodista y propietario del pasquín
oficialista “Miradas al Sur”, Eduardo Anguita, ¿qué más confirmación que esto es
la “cofradía y la impunidad del poder”?, que está presente en todos estos
juicios, a los que se les quiere dar visos de legalidad, solo porque se sientan
algunos abogados defensores, que ni siquiera son escuchados.
Pero esto no termina
acá, nuestra sorpresa crece cuando escuchamos salir en defensa, ante criticas
por este libro y declaraciones del Juez Lorenzetti, a sus colegas de Corte el
garantista Juez Zaffaroni y a la Jueza Helena Highton de Nolasco, hablando de
los “falcon verdes” de los años 70.
Qué ironía, parece que estos Jueces tienen
corta y frágil memoria, ya que ambos fueron Jueces del Gobierno Militar y
juraron ante los Estatutos del Proceso de Reorganización Nacional.
El Juez Zaffaroni
era un especialista en denegar recursos de “habeas corpus” por supuestas
desapariciones de personas.
Similar
consideración y en otro nivel, cabe para el Juez de primera instancia de esta
causa el Dr. Labate, que parece olvidó su paso por el “camarón”, como
despectivamente llaman hoy muchos miembros de la Justicia a la ex -Cámara
Federal en lo Penal de la Nación, en los años 1972/73 colaborando en la condena
de miles de terroristas y luego en el Gobierno Militar, todos ellos juraron por
los Estatutos del Proceso de Reorganización Nacional.
Sr. Presidente, yo
no jure lealtad a los Estatutos del PRN, yo jure fidelidad a mi
bandera.
2da PARTE: LA
HISTORIA FALSA Y LOS NEGOCIOS
La Argentina vivió
en las décadas de los 60/70 una guerra no convencional de tipo revolucionario
con estrategias, tácticas y técnicas de empleo muy particulares, pero en donde
el objetivo político era la toma del poder a través del terrorismo ejercido por
las organizaciones armadas. Denominándose ellos mismos Organizaciones
Político-Militares.
Negar esto es
ignorancia, necedad y más seguramente conveniencia.
Para ser breve, en
la causa 13/84 la Cámara Federal contabilizo 21.642 atentados terroristas entre
1969 y 1979.
Se atacaron
cuarteles, se destruyeron aviones y buques de guerra, se coparon ciudades, se
secuestro y torturo, se colocaron miles de bombas, se asaltaron y robaron Bancos
y Empresas, se asesino a civiles y militares indiscriminadamente ejerciendo el
verdadero terror (ese del que muy acertadamente hablaba Lenin) y hasta se
pretendió copar una Provincia entera y declararla “zona liberada” y su
consecuente reconocimiento internacional.
El que mejor
sintetiza esta etapa es el terrorista Jorge Masseti (NG) Cte. Segundo, en su
libro El Furor y el Delirio, dice:
…hoy puedo afirmar
que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en
cuenta nuestra formación y el grado de dependencia de Cuba, hubiéramos ahogado
al Continente en una barbarie generalizada.
Una de nuestras consignas era hacer
de la Cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde primero
hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores y luego a los
compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo”.
Pero si esto no nos
alcanza, escuchemos lo que al respecto dice Mario Firmenich:
“…nosotros somos
partidarios de construir las milicias….la única acumulación valida de poder es
la del poder militar, en última instancia es el poder decisorio para conquistar
los poderes políticos y económicos”.
Más claro aun, en el
libro reciente escrito por José Eliaschev “Los Hombres del Juicio”, relatan
Jueces y Fiscales del Juicio a las Juntas Militares “la verdadera historia” del
Juicio, donde ellos mismos afirman que “el objetivo era la toma del poder
político por parte de las organizaciones terroristas”.
Estos Jueces y
Fiscales no eran pro-militares, ni represores, ni genocidas.
Y así podríamos
seguir citando Documentos, Libros, Manuales que demuestran que el OBJETIVO
FINAL:
TOMAR EL PODER POR
LA FUERZA E IMPONER UN GOBIERNO MARXISTA-LENINISTA.
Sres. Jueces, tengan
la seguridad que de haber triunfado estos “jóvenes idealistas” ni quien habla
estaría sentado aquí, ni Uds. en ese lugar, porque todos ya hubiéramos sido
ejecutados, yo por ser militar y Uds. por representantes de la “justicia
burguesa”.
A partir del año
2003 esta realidad ha sido sistemáticamente negada y se ha construido una falsa
historia donde “Jóvenes idealistas” querían expresar sus ideas y lograr una
sociedad más justa y fueron reprimidos violentamente por la dictadura militar,
hemos escuchado estos “inocentes” relatos en este juicio.
No solo eso sino que
fueron perseguidos políticos (lo dice la imputación fiscal y mi condena) y los
militares se dedicaron a exterminar a la población civil (también lo dice el
Juez de 1ra Instancia y mi condena).
Lo hemos escuchado en este Juicio.
Un
disparate total.
La historia hoy la
escriben a su manera personajes de la talla de Felipe Pigna, Osvaldo Bayer y
Horacio González, y le dan soporte ideológico personajes como Ernesto Laclau,
asesor predilecto de la Presidencia de la Nación, un anciano burgués que se
pasea entre Paris y Londres, de lujosa y refinada forma de vida, de rebuscado
pensamiento revolucionario post-marxista, y de dudosa convicción democrática; si
uno se toma la dura tarea de leer sus escritos.
Hace pocos días la
periodista española Pilar Rahola (de extracción socialista, integrante del PSOE
y ex Intendente de Barcelona) decía en un artículo:
“Yo no entiendo lo que pasa
en Argentina, cada vez que veo un colaborador de las ideas revolucionarias más
violentas es mimado por el Gobierno, pienso
¡¡Que desprecio a los valores de la
libertad, que gobierno tan corrupto respecto a estos valores!!!...
Me
repugna”.
Esta nueva
“historia” ha sido armada y compaginada, para ser ejecutada por la Justicia, por
dos especialistas:
“El Perro” Horacio
Verbitsky – 2do Jefe de Inteligencia de Montoneros. Preside el
CELS.
“Damián” Eduardo
Luis Duhalde – Aparato Jurídico de Montoneros – Hoy Sec. DDHH de la Nación y
siempre querellante en estas causas.
Qué ironía, nos
querella el mismo Estado que nos dio las órdenes.
Hace dos años en
oportunidad de una de las tantas condenas al Gral. Menéndez en Córdoba, decía
Martín Caparrós, integrante de Montoneros, que honradamente ni reniega ni oculta
haberlo sido:
“Nunca hubiera
pensado que alguna vez podía llegar a estar de acuerdo con el hijo de puta del
ex-General Luciano Benjamín Menéndez cuando dijo que las Fuerzas Armadas
Argentinas pelearon y ganaron para evitar el asalto al poder de la subversión
marxista, y yo también lo creo”.
Continuaba “por eso estoy de acuerdo con el
hijo de mil putas cuando dice que los guerrilleros no pueden decir que actuaban
en defensa de la democracia”. Y continuaba, “Es curioso cómo se rescribió la
historia.
Hoy la mayoría de los argentinos tiende a olvidar que estaba en contra
de la guerrilla… y que estuvo satisfecha cuando los militares salieron a poner
orden.
Dijo Menéndez “ostentamos el dudoso merito de ser el primer país en el
mundo que juzga a sus soldados victoriosos, que lucharon y vencieron por y para
sus compatriotas…y tiene razón.
Pero la sociedad argentina se armo un relato
según el cual todos estaban en contra de los militares.
Pero lo cierto es
que hoy, 35 años más tarde los soldados vencedores de esa guerra fuimos juzgados
y condenados bajo un sistema persecutorio, inconstitucional y
arbitrario.
En estos supuestos
juicios, con jueces instructores a medida, leyes a medida, juicios con final
conocido, testigos falsos con lágrimas falsas, con recuerdos repentinos y
olvidos muy convenientes, “testigos necesarios” que son actores para
sensibilizar al público en contra de los imputados, con sentencias asombrosas y
defensores atónitos que ni siquiera son escuchados, todo puede ocurrir, menos la
búsqueda de la verdad y la justicia.
A nosotros se nos
aplica el nuevo e inconstitucional concepto jurídico de la “Justicia Universal”
y del “derecho consuetudinario”.
Nada, pero nada
vale, para los vencedores de esa guerra.
En ocho años con la
complicidad de muchos y con la indiferencia, miedo y comodidad de la mayoría,
hemos dado vuelta la historia.
Hoy la historia y la educación están puestas al
servicio de la ideología.
Un gran triunfo gramsciano.
Hemos llegado al
delirio de que funcionarios del Gobierno hablen de la fantasiosa “batalla
cultural” que es el otro relato hacia atrás intentando cambiar lo que ellos
denominan “el relato liberal”.
En este relato con
la “nueva historia” oficial, la corte de ideólogos del Gobierno transforman e
interpretan la nueva historia y la nueva verdad, en este relato por ejemplo, los
próceres pasan a ser seres deleznables o simplemente “genocidas”.
Así en este nuevo
relato oficial, próceres como Sarmiento, Alberdi o Mitre son ignorados u otros
estigmatizados como es el caso del Gral. Roca, al que Bayer califica del “Hitler
Argentino” y hoy se sacan sus estatuas y se cambian nombres de calles por el del
ex -Presidente Kirchner.
Sería oportuno
recordarles a estos redactores del “relato oficial” que en 1948 en ocasión de
nacionalizarse el sistema ferroviario argentino el Presidente, General Perón le
hizo colocar a las diferentes líneas los nombres de Gral. Roca, Mitre,
Sarmiento, Urquiza, Belgrano y San Martín, no se podrá decir que justamente el
Gral. Perón era un militar, político e historiador liberal.
Se escriben seudo
libros de Historia con este relato para los menos informados y llegamos al
paroxismo de enseñar en las escuelas primarias el “Che infantil” o nombrar
“iconos nacionales” en la Feria de Francfort a Diego Maradona o al “Che” Guevara
como símbolos máximos de la argentinidad.
El 17 de noviembre
de 2011 el PEN, por Decreto 1880/2011, creo el Instituto Nacional de
Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, con el objeto,
según el Decreto Presidencial de “reescribir la Historia Argentina” y
“profundizar el conocimiento y obra de los mayores exponentes del ideario
nacional, popular, federalista y latino americano” y teniendo como meta final la
instauración de un “pensamiento único” del pasado.
En esta nueva historia habrá
“héroes y villanos” y un ranking de próceres, difundidos desde un organismo
oficial.
Desde 1983 se
critica el autoritarismo del Proceso Militar, y con razón la soberbia de sus
Generales, pero, nada más autoritario y soberbio que esto. Este organismo se
propone reemplazar la ciencia histórica por la epopeya, el mito y el culto a
personas supuestamente excepcionales.
Es necesario
recordar que la deformación del pasado ha sido la base de muchas de las
tragedias de la humanidad.
La lista de
mentiras, autoritarismo, soberbia, incongruencias e incoherencias como vemos es
muy larga.
Quienes atreven a
oponerse a este relato oficial, son inmediatamente tildados de “procesistas,
neoliberales, gorilas, derechistas, menemistas, etc.”
Y sobre ellos cae la burla
de Gobierno, cuando no, la Justicia.
Es que cuando la
historia se ata y se escribe con los intereses políticos del presente no es
Historia, es Propaganda, que es lo que hace este Gobierno.
La historia es una
ciencia que fundaron los antiguos griegos, y dejaron atrás el camino de mitos y
héroes, con normas conocidas, y la primera y básica, es que la historia sea
autónoma y no esclava de la Política.
Este Gobierno tiene otra idea y es que la
épica y los mitos deben ocupar un lugar en la historia, por eso la creación de
este Instituto de Revisionismo Histórico y los discursos cargados de las
epopeyas heroicas de los jóvenes de los años 70. Deberían aprender que no se
modifica la Historia por Decretos Presidenciales o por discursos
épicos.
La Historia es
política del pasado, no del presente.
La Historia no se
puede revertir a gusto del gobierno de Turno.
Por más que se
niegue la “guerra revolucionaria en la Argentina” esta existió y lo demuestran
los miles de atentados y muertos, no hay forma de negarlo. Esto es
Historia.
Por más que en esta
nueva historia se quieran ocultar el martirio y asesinato del Cnel. Larrabure,
la jaula y el cadáver torturado existieron.
Esto es Historia.
“La historia no se
inventa” lo decía un viejo historiador, el Tte. Gral. Perón.
En este intento de
escribir la “nueva historia” tampoco es casual que la Presidente de la
organización Madres de Plaza de Mayo, la Sra. Hebe de Bonafini se haya
pronunciado el 18 de Noviembre de 2011, elogiosamente sobre “la nueva generación
de militares”, “los militares que están ahora tienen 40 años”, “no los podemos
escupir todo el tiempo”, “hay un nuevo Ejercito”.
Lo que ignora la Sra. de
Bonafini y quienes la mandaron a hablar, es que el Ejercito Argentino es una de
las Instituciones fundacionales de la Republica y es una continuidad
histórica.
El Ejercito
Argentino fue y es uno solo, desde el 29 de Mayo de 1810 hasta nuestros
días.
A ningún militar se
le ocurrió renegar del Ejercito Libertador, del de la Guerra con Brasil, del de
la conquista del Desierto, del de Ricchieri, del de Perón, del de Lonardi, o del
de la Guerra contra el Terrorismo y la reconquista de las Malvinas.
Con las
virtudes y defectos de sus conductores son el mismo Ejército de
HOY.
Sería mejor que la
Sra. de Bonafini se ocupara de solucionar los problemas de corrupción de su
propia organización de supuestos DDHH y dejara de opinar sobre el Ejercito
Argentino.
Pero el otro
problema real, no es la ideología ni la falsa historia, ni siquiera el escarnio
y la venganza contra las FFAA, son los negocios y delitos de corrupción que se
realizan y se realizaran en nombre de los “derechos humanos” y los “delitos de
lesa humanidad”.
Sobran ejemplos para
aseverar esto:
La identidad de los
hijos de la dueña de Clarín.
Causa frenada en un Juzgado Federal.
Los negocios de las
Madres de Plaza de Mayo y Schoklender.
Este caso emblemático que es la punta de
un iceberg, donde una ONG que tiene como misión vigilar que el Estado no viole
los DDHH, se ha transformado en un apéndice del Gobierno para hacer negocios no
muy claros. Por supuesto la causa duerme en un Juzgado Federal.
El intento de
apoderamiento de Papel Prensa. Hoy en pleno desarrollo.
El pago de
indemnizaciones a guerrilleros ejecutados por la propia organización o atacantes
de cuarteles. Hay abundante bibliografía y monumentos que lo
demuestran.
Y podríamos seguir
hasta el cansancio.
El Dr. Gil Lavedra
en el artículo citado antes, seguía diciendo sobre estos temas: Tenemos que
revisar con urgencia los mecanismos para controlar la corrupción, las reglas de
un sistema de enjuiciamiento inservible, el papel de Jueces, Fiscales y aun de
la prensa, que actúan innoblemente bajo el calor de las oscilaciones políticas
del momento.
Pero aun falta el
negocio más jugoso que serán los juicios civiles, luego de estas condenas
penales, buscando el resarcimiento de supuestas víctimas o sus familiares y que
nuevamente el Estado tendrá que pagar.
De allí el interés de continuar hablando
y recalcando nuestra condición de “agentes del Estado” y que aplicábamos el
“Terrorismo de Estado”.
Sr.
Presidente…
Falta inscribir en
el Registro de Sociedades de la Inspección General de Justicia a la firma
“Derechos Humanos S.A.”
En resumen somos
necesarios militares presos y falsa historia o propaganda para que se continúe
el negocio.
La VERDADERA
HISTORIA se escribirá dentro de muchos años y Uds. Sres. Jueces serán juzgados,
no tengan dudas, sino por los hombres, por la historia; pero sin duda serán
juzgados por DIOS y a EL tendrán que explicarle estos tremendos desatinos e
injusticias.
3ª PARTE: LOS
SUBOFICIALES NO PUEDEN SER JUZGADOS
En orden a lo que
expuse referido a Leyes y Reglamentos Militares y usos y costumbres de los
Ejércitos, quiero referirme al personal a mis órdenes perteneciente a la 1ra
Sec. Ejerc. / Dest. Icia 182, en particular me refiero al Subof. My OVIEDO que
fuera parte de esta Sección y fue condenado por el Tribunal Oral de Neuquén por
la comisión de supuestos delitos. Trasladar detenidos.
Al respecto Sr.
Presidente quiero aclarar que nada puede imputarse al Sr. Subof My OVIEDO, que
estrictamente cumplía órdenes.
El estaba sujeto a
lo que determinaba el Código de Justicia Militar en sus Art. 513 y 514, donde
este ultimo establece claramente que si en el cumplimiento de una orden se
hubiese cometido un delito el Superior que dio la orden será el único
responsable.
Más claro aún el
Art. 675 establece “que ninguna reclamación dispensa de la obediencia ni
suspende el cumplimiento de una orden del servicio”.
El no cumplimiento
de las órdenes estaba considerado en los Art. 667 (insubordinación) y 674
(desobediencia) que eran severamente castigados con penas de prisión y hasta la
pena de muerte.
Tampoco dispensa de
responsabilidad al superior desconocer que un Subalterno suyo haya recibido una
orden de otro superior. En todo caso hay un error de omisión por parte del
superior inmediato.
Esto es para los
militares la obediencia.
La base existencial
de un Ejército es la disciplina si esta se rompe, pasa a ser una
banda.
Decía el Dr. Carlos
Pellegrini, en el discurso ya citado:
“Sarmiento decía una
vez, repitiendo las palabras que SAN MARTIN pronunciara con relación a uno de
los Coroneles de la Independencia:
El Ejercito es un león que hay que tenerlo
enjaulado para soltarlo el día de la batalla….
Y esa jaula, Sr. Presidente, es
la disciplina, sus barrotes son las ordenes y los Tribunales Militares, y su
fiel guardián es el deber”.
Nunca existió en el
Ejercito la “teoría de las ordenes morales o inmorales” este es un invento del
premiado Embajador Balza.
Nunca al personal
militar condenado en este Juicio se le enseño a analizar qué tipo de orden
recibía y si la iba a cumplir o no.
Se nos enseña a cumplir órdenes de muy
jóvenes, desde los Institutos de Formación de Oficiales y Suboficiales, en cada
uno de los cursos de nuestra carrera y aun en las “escuelas de
Regimiento”.
Hay un viejo dicho
en el Ejército:
Las órdenes se
imparten para ser cumplidas, no para analizarlas.
En consecuencia, Sr.
Presidente, nada puede imputarse al Subof My OVIEDO que estaba a mis órdenes,
por lo que respetuosamente le solicito que los hechos que se le imputan, sea
imputados en mi persona, atento a lo que establece el CJM, las Leyes y
Reglamentos Militares y los usos y costumbres de los Ejércitos, vigentes al
momento de los hechos.
Por último Sres.
miembros de la Sala les quiero reiterar, con todo respeto, que desconozco su
autoridad para juzgarme.
De hecho lo harán y
mi condena ya está nuevamente impuesta.
No vine a esta
Excma. Cámara a pedir clemencia por mi condena, pese a lo inconstitucional y
arbitrario de la misma, no es de soldados rogar o pedir clemencia.
No me defenderé, no
tengo ningún interés en hacerlo, pues convalidaría la ilegitimidad de la condena
impuesta, condénenme las veces que quieran, pero sepan que nunca voy a renegar
de mis convicciones.
Uds. positivamente
saben que no están ante un delincuente.
De nada, pero de
nada, tengo que arrepentirme en mis 35 años de servicio al
Ejército.
Estoy orgulloso de
ser un soldado del Ejército Argentino.