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Señores Jueces:
Estamos acá no solo para recordarles todas estas cosas que Uds. saben perfectamente, sino para presentarnos como familia.
Familia cuyos derechos y leyes están siendo violados sistemáticamente.
La ilegalidad que reviste estos juicios no arrastra solamente a nuestros padres y abuelos, sino a todos sus seres queridos a una incertidumbre desesperante, porque nos deja en manos de los caprichos de la corporación política que usa al Poder Judicial como brazo ejecutor, atropellando la fundamental independencia de los poderes del Estado.
Quisiéramos creer que no es así, pero nos lo confirmó con descaro y cinismo el presidente del tribunal oral número II de Mendoza, el dr. Roberto Burad cuando nos dijo que “esto es político, quizás la salida sea política”.
Nos lo confirmó un juez de Neuquén cuando ante la pregunta de porqué revocan una prisión domiciliaria sin motivo alguno responde:
¿Qué querés, que nos linchen?, o cuando dicen:
tu padre está preso porque
“estaba en el lugar y en el momento equivocado”
¿qué clase de delito es estar?;
o cuando un juez confirma una condena sobre la base de un testimonio que declara sin prestar juramento,
o cuando se aceptan como veraces denuncias contradictorias efectuadas 35 años después de ocurridos los supuestos hechos;
o cuando deniegan excarcelaciones a hombres que han demostrado indiscutiblemente con su conducta que se someten a la acción de la justicia;
o cuando la CSJN por primera vez en su historia hace lugar al recurso fiscal interpuesto contra una resolución que concede la excarcelación, para revocarla con argumentos cuya arbitrariedad resulta evidente para el mas incauto;
o cuando mantienen prisiones preventivas 4, 5, 6, 7, 8 y 9 años sin que se haya dictado condena;
o cuando la CSJN rechaza todos, absolutamente todos los recursos de la defensa porque el escrito en lugar de tener 24 renglones tiene 25.
Basta, señores jueces.
¿Hasta cuándo van a prestarse a tan indigna persecución?
La historia tiene sus ciclos, y los va a juzgar si no revierten esta situación.
Ustedes no son sólo responsables por nosotros, ustedes son responsables del futuro de sus propios hijos.
Nosotros somos los Hijos y Nietos de Presos Políticos, por la juventud que nos caracteriza, deberíamos estar estudiando, trabajando y desarrollándonos para crecer como individuos, y para hacer crecer a nuestro país.
Sin embargo con la arbitrariedad de las detenciones y, sobre todo, la cantidad de irregularidades y parcialidades con que se llevan adelante estos juicios, nos trasladan 35 años atrás y nos atan a la época más violenta de nuestra historia.
Cómo confiar en este país para nuestros proyectos si no tenemos las normas claras, si los que hacen las leyes mañana pueden cambiarnos las reglas del juego y mandarnos a encerrar porque no cumplimos ayer con las nuevas.
Si los que levantan las banderas de los DDHH, son los que se aseguran que se los violen a los que consideran sus enemigos y esto bajo el amparo del Poder Judicial que debería velar por el Estado de Derecho, tan pisoteado en estos días.
Todavía queremos confiar, todavía queremos vivir en la Argentina, consolidar nuestras familias en nuestro país, con nuestra gente.
Pero necesitamos soltar las ataduras del odio.
Superar la memoria que es vaga, parcial y selectiva, para que con un profundo, sincero y completo análisis podamos develar la HISTORIA, porque solo con HISTORIA lograremos que la sociedad entera Nunca Más repita sus errores.
Ya no sirven los bandos y la fragmentación.
Es hora de entender que no podemos seguir diferenciando nuestros muertos en Víctimas del Terrorismo y Desaparecidos.
Hubo un solo demonio y ese fue el de la violencia fruto de la ambición de poder.
Hay un solo demonio, el que nos ata al pasado, el que nos divide, el que nos enfrenta, el que no nos deja avanzar, perdonar, olvidar rencores.
Todos somos necesarios, todas las ideas también, es tiempo de trabajar lo más juntos que podamos para evolucionar como país y sociedad.
Queremos Paz y Legalidad y ustedes, Señores Jueces, son responsables por esto.
Hijos y Nietos de Presos Políticos de Argentina
Horacio Ricardo Palma
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